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Para eliminar riesgos de lavado de dinero, los bancos incurren en esta práctica no escrita que tiene un efecto cascada en otros intermediarios.

Con la finalidad de que los bancos en el mundo no corten a discreción sus relaciones, ya sea con otras entidades bancarias, intermediarios o empresas, el Grupo de Acción Financiera Internacional contra el Lavado de Dinero (GAFI) emitirá próximamente una guía sobre cómo estas instituciones deben trabajar con redes de corresponsalía sin eliminar de tajo alguna relación comercial.

Durante la última reunión del GAFI que se celebró en Zimbabue, el secretario ejecutivo de este organismo, David Lewis, indicó que el Consejo de Estabilidad Financiera, que integra a todas las economías del G-20, trabaja en un plan de acción con el fin de acotar el 
de-risking, que es la política no escrita en instituciones financieras para eliminar el riesgo de lavado de dinero, la cual ha derivado en el cierre de cuentas bancarias a otro tipo de intermediarios y la disminución de relaciones de banca corresponsal alrededor del mundo.

La banca corresponsal consiste en los convenios que hacen instituciones bancarias con bancos de otras partes del mundo con la finalidad de darle atención a sus clientes que se encuentran en otros países.

“El fenómeno del de-risking ha sido una preocupación importante del GAFI desde hace algún tiempo. Hemos estado trabajando duro para entender la naturaleza del problema”, expresó Lewis en aquella ocasión.

“El de-risking – agregó- genera la pérdida de servicios de banca corresponsal, y eso es una mala noticia para nosotros, pues podría debilitar la resistencia del sistema financiero; obstaculizar la competencia y comercio; provoca la exclusión financiera y promueve canales financieros clandestinos que podrían ser mal utilizados por criminales o terroristas para el lavado de dinero”.

Y es que para el GAFI, organismo que aglutina a 37 países, los efectos del de-risking han comenzado a verse: “En general estamos viendo una caída en el número de relaciones de correspondencia…pero el panorama es diferente en cada región; por ejemplo, el Caribe y África han sido impactadas más que otras”.

El origen del de-risking

Según el GAFI, la razón por la que los bancos aplican el de-risking, y en consecuencia terminan las relaciones de corresponsalía, que a su vez genera el fin de la relación con otras instituciones, está asociada a temas de rentabilidad, de costos regulatorios para prevenir el lavado de dinero y de reputación.

“Los bancos están buscando cómo aumentar su rentabilidad (…) los beneficios generados por las relaciones de banca corresponsal pueden ser muy pequeños, en proporción al volumen de negocio. Un ejemplo es una relación de corresponsalía que vale 10 millones de dólares en transferencias cada mes y genera ganancias a los bancos de 1,000 dólares”, explicó Lewis.

En este contexto, GAFI ya ejecuta un plan acción para eliminar esta práctica, del que podrían anunciarse resultados en los próximos días, basado en cuatro ejes: reunir más evidencia del de-risking; aclarar expectativas regulatorias para acotar este problema; ayudar a los países a aplicar con mayor eficacia la supervisión basada en riesgos y hacer un mejor uso de la tecnología para reducir costos de cumplimiento.

No se trata de rechazar 
el riesgo

Para Iván Alemán Loza, socio del despacho Alemán y Asociados, el fenómeno del de-risking ha permeado al sistema financiero mexicano de una manera piramidal, pues primero las instituciones bancarias en Estados Unidos cortan relación con las mexicanas y a su vez, éstas con otro tipo de intermediarios financieros no bancarios y actividades vulnerables.

“Con este plan de acción, GAFI busca establecer las bases conforme las cuales deben existir las relaciones de corresponsalía y no cerrar a priori ninguna relación comercial. GAFI dice que es contrario rechazar de manera general en bloque a cierto tipo de cliente, pues no se trata de rechazar el riesgo sino de administrarlo”, comentó el también exvicepresidente de Supervisión de Procesos Preventivos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

“El de-risking es una posición conservadora que toman los bancos, pero que al final del día estamos hablando que cortan un servicio de banca, pese a que todos nos podemos mover mejor si estamos bancarizados”, dijo Alemán y agregó que una solución a este problema es una supervisión eficaz basada en riesgos.

Fuente: El Economista/Fernando Gutierrez

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